Llegaste en cuarto menguante a mi lado y con la luna llena me dijiste adi贸s. Seguiste ese rastro de migas de pan olvidado, de migas de pan que nadie sigui贸.
Te di un anillo y una espina de rosa y me regalaste tu coraz贸n. Juntos coleccionamos derrotas, botellas vac铆as, puestas de sol.
D贸nde fue a parar el tren que nunca cogimos. D贸nde fue a parar el eco de aquel sonido. Ahora qui茅n lo di贸 por perdido aquel sonido.
El humo nos lleg贸. El humo nos ceg贸.
Picamos los cebos de todas las trampas, creyendo que nunca nos ir铆an a atrapar.
La orquesta anunci贸 la 煤ltima danza pero no tuvimos fuerzas para bailar.
Y ahora me temo que se ha hecho muy tarde, ya nada tiene el mismo color, se convirti贸 el vino en vinagre, las uvas en pasas y el amor en dolor.
D贸nde fue a parar el tren que nunca cogimos. D贸nde fue a parar el eco de aquel sonido. Ahora qui茅n lo di贸 por perdido aquel sonido.